Las recomendaciones que siguen son extraídas de la experiencia, de la observación y de la investigación. Los trabajadores sociales que las han puesto en práctica han logrado cambios de actitud duraderos en unas cuantas familias.
1. Ser parte de la comunidad, conocerla, convivir con ella. Convertirse en parte de la comunidad en que desempeña su trabajo es quizá la recomendación más importante para el trabajador social. Sentir sus emociones imbricarse en sus actividades y ser una fuente de inspiración constante para los habitantes.
2. Prepararse constantemente. El trabajador social que permanece inmóvil ante los cambios y que deja de instruirse y aprender muere socialmente.
3. Practicar la solidaridad. Que sea parte de su vida, que sea desprendido y que demuestre con hechos que le interesan los demás.
4. Mantenerse en forma. La condición física del trabajador social debe ser óptima. Que las caminatas más largas no lo dobleguen, que las actividades fuertes no lo rindan.
5. Ser un ejemplo. El trabajador social antes de predicar con palabras deberá hacerlo con sus actos.
6. Respetar la opinión de los otros. Por muy disparatadas que sean, siempre y en todo momento deberá mostrar respeto y tolerancia.
7. Estar disponible. Cualquiera sea la situación, el trabajador social deberá estar a la orden para cualquier circunstancia en que se le necesite.
8. No mostrarse superior a los demás. No hay cosa que haga parecer antipático a un trabajador social como la prepotencia.
9. Mostrar humildad. Algunas ocasiones y “muchas” estará equivocado, deberá aceptarlo.
10. Tener auténtica vocación de servicio. “El que no vive para servir no sirve para vivir” una de las formas más eficaces de ganarse la confianza ajena.
11. Cumplir lo que promete. Pensar bien en lo que se compromete, no sea que no lo pueda cumplir y quede mal con la comunidad.
12. Cumplir a cabalidad con sus compromisos. Ser puntual en el cumplimiento de sus obligaciones.
13. Ser transparente. A tal grado que pudiera vivir en una casa de vidrio en la cual fueran observadas todas sus acciones, sin que se hallara contradicción en lo que dice.
14. Ser honesto. Ser recto, integro, decente.
15. No mostrarse indiferente. En muchas ocasiones se le acercarán personas a pedirle consejo. Mostrarse interesado y tratar, de acuerdo a su conocimiento, de brindar su opinión.
16. Compartir lo que sabe. Jamás deberá guardarse lo que sabe para sí mismo deberá compartirlo.
17. Ir un paso delante de los demás. Al hacerlo estará sentando las bases de un verdadero liderazgo. No con el afán de competencia sino con el de alcanzar el bien común.
18. Tener facilidad de expresión. Más que ninguna cualidad esta deberá ocupar uno de los primeros lugares en su desempeño.
19. Ser paciente. Por lo general los habitantes de las comunidades, hacen las cosas relacionadas con los proyectos un tanto lento, deberá tenérseles paciencia.
20. Ser equitativo. Procurar darle a cada cual lo que merece.
21. Ser frugal. No vivir solamente para la satisfacción de los deleites de la carne.
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1. Ser parte de la comunidad, conocerla, convivir con ella. Convertirse en parte de la comunidad en que desempeña su trabajo es quizá la recomendación más importante para el trabajador social. Sentir sus emociones imbricarse en sus actividades y ser una fuente de inspiración constante para los habitantes.
2. Prepararse constantemente. El trabajador social que permanece inmóvil ante los cambios y que deja de instruirse y aprender muere socialmente.
3. Practicar la solidaridad. Que sea parte de su vida, que sea desprendido y que demuestre con hechos que le interesan los demás.
4. Mantenerse en forma. La condición física del trabajador social debe ser óptima. Que las caminatas más largas no lo dobleguen, que las actividades fuertes no lo rindan.
5. Ser un ejemplo. El trabajador social antes de predicar con palabras deberá hacerlo con sus actos.
6. Respetar la opinión de los otros. Por muy disparatadas que sean, siempre y en todo momento deberá mostrar respeto y tolerancia.
7. Estar disponible. Cualquiera sea la situación, el trabajador social deberá estar a la orden para cualquier circunstancia en que se le necesite.
8. No mostrarse superior a los demás. No hay cosa que haga parecer antipático a un trabajador social como la prepotencia.
9. Mostrar humildad. Algunas ocasiones y “muchas” estará equivocado, deberá aceptarlo.
10. Tener auténtica vocación de servicio. “El que no vive para servir no sirve para vivir” una de las formas más eficaces de ganarse la confianza ajena.
11. Cumplir lo que promete. Pensar bien en lo que se compromete, no sea que no lo pueda cumplir y quede mal con la comunidad.
12. Cumplir a cabalidad con sus compromisos. Ser puntual en el cumplimiento de sus obligaciones.
13. Ser transparente. A tal grado que pudiera vivir en una casa de vidrio en la cual fueran observadas todas sus acciones, sin que se hallara contradicción en lo que dice.
14. Ser honesto. Ser recto, integro, decente.
15. No mostrarse indiferente. En muchas ocasiones se le acercarán personas a pedirle consejo. Mostrarse interesado y tratar, de acuerdo a su conocimiento, de brindar su opinión.
16. Compartir lo que sabe. Jamás deberá guardarse lo que sabe para sí mismo deberá compartirlo.
17. Ir un paso delante de los demás. Al hacerlo estará sentando las bases de un verdadero liderazgo. No con el afán de competencia sino con el de alcanzar el bien común.
18. Tener facilidad de expresión. Más que ninguna cualidad esta deberá ocupar uno de los primeros lugares en su desempeño.
19. Ser paciente. Por lo general los habitantes de las comunidades, hacen las cosas relacionadas con los proyectos un tanto lento, deberá tenérseles paciencia.
20. Ser equitativo. Procurar darle a cada cual lo que merece.
21. Ser frugal. No vivir solamente para la satisfacción de los deleites de la carne.
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