Conocer las diferentes Acepciones del término pobreza es muy importante para
comenzar con el diseño de cualquier estrategia de desarrollo. Pobreza,
no obstante, es una palabra cuyo significado damos por sabido.
Todos saben lo
que es la pobreza. Cuando se ven las imágenes en la televisión o escuchamos sus
relatos o incluso cuando convivimos entre ella, reconocemos la pobreza con facilidad. Entonces, ¿Por qué debemos
definirla?
Las palabras forman ideas, estas reflejan nuestra forma de
ver el mundo. Por eso, debemos examinar nuestra manera de entender la pobreza,
además de analizar lo que pensamos y sentimos hacia los pobres.
¿Quiénes son los pobres? ¿Por qué son pobres?
La pobreza como la entendemos, es la escasez de recursos, no
le busquemos otra definición. Aunque algunos reconocen que las personas pobres
son tan valiosas, tan importantes como quienes no viven en esas condiciones, hay
otros que los marginan y los discriminan sin ningún miramiento.
El mundo tiende a ver a los pobres como seres indefensos. De
esa manera nos permitimos hasta tomar decisiones en su lugar. Se convierten en
objetos de nuestra compasión por los cuales podemos hacer lo que nosotros
creamos que sea mejor.
Los que no son pobres asumen el derecho de nombrarlos como
ellos quieren. Referirse a los pobres con todas esas clases de sustantivos que
se les asignan invita a las personas compasivas y con buenas intenciones para
que hablen por los pobres y practiquen las últimas modas de ingeniería social. Los
pobres se han convertido en la custodia del estado, en objetos de estudio
profesional o en el motivo para organizar un grupo social.
Entonces, ante todo,
debemos recordar que los pobres son personas con nombre, con dones y que han
sobrevivido aún sin las intervenciones de ningún ente mediador, han sobrevivido
abandonados, inmersos en condiciones deplorables, pero han sobrevivido.
La mayoría ven a los pobres desde la perspectiva de
profesionales del desarrollo, como personas urbanas y con la percepción cultural
de donde provienen. Debe verse a los pobres y a sus circunstancias con mayor
exactitud.
Es necesario liberarse de los prejuicios y destruir los
lentes distorsionados a través de los cuales miramos la pobreza. Se necesita
retirar el tronco que tenemos en el ojo y basura en el oído para obtener ojos
que vean y oídos que escuchen.
Para los trabajadores del desarrollo social sus prejuicios
pueden ser bastante destructivos, la forma como percibe la pobreza condiciona su
conducta y si pasan desapercibidos y no se les toma en cuenta pueden hacer más
daño que bien.
Cuando el empleado del desarrollo social llega a una
comunidad con la noble intención de comenzar una intervención, va con puntos de
vista relacionados con la pobreza provenientes de su
aprendizaje cultural, de su propia percepción, de lo que cree sobre la pobreza, de lo que le han dicho
respecto a ella.
Abordar la pobreza requiere de la adopción de otros métodos,
de otras estrategias, de acciones que provengan de una visión realista, de una
concepción muy exacta y acorde con las realidades de cada comunidad, de cada núcleo
social.
Es necesario conocer la pobreza,
convivir con ella para aprender sobre ella y desde allí y obteniendo la
participación de los pobres definir una línea de acción acorde con esa
realidad.
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