Hacía como 12 horas que ella se encontraba en el hospital.
¡Estaba dando a luz!, por ser alguien muy cercana a mi corazón debería correr para ver como estaba sucediendo el proceso.Me levante temprano, el tiempo estaba nublado, una bruma cubría el horizonte, recibí consejo de mi intuitiva esposa para que no fuera, dado lo inconveniente del tiempo.
El corazón revelde movido por una causa fraterna, no se detiene ante lo que considera un deber, salí pero no llegué, el medio de transporte, sucumbió ante los desperfectos de mi descuido, no obstante las advertencias claras y manifiestas de mi Padre Amoroso, sería un necio si no lo mencionara.
Lamentablemente, no fuí capaz de entender, y sin quererlo, lo que no pude ni pensar, ni sentir, convirtió aquel nublado día del 19 de noviembre en uno de los mas lóbregos de mi existencia.
No llegué. Lo pensé y lo sentí,aunque no lo logré.
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