Estar incapacitado en
Honduras es atravesar por una cantidad enorme
de trámites y filas sin fin.
Al paciente incapacitado, en lugar de darle todo el apoyo necesario para que sus sufrimientos sean más llevaderos, lo agobian con exigencias desconsideradas de esperas que pareciera que nunca terminaran.
Al paciente incapacitado, en lugar de darle todo el apoyo necesario para que sus sufrimientos sean más llevaderos, lo agobian con exigencias desconsideradas de esperas que pareciera que nunca terminaran.
Desde que se interna para
recibir atención,-si es que lo quieren
internar-, comienza un proceso de penas y torturas, que continúan con
las respectivas citas que no son más que revisiones superficiales, en las
cuales el paciente lejos de recibir esperanzas sobre su curación, lo que recibe
más parece una sentencia de muerte.
Los trámites que se realizan para la obtención del subsidio por incapacidad requieren dar tantas vueltas, como las que daría uno para obtener la visa norteamericana, los empleados carecen de amabilidad, aunque hay excepciones, se cuentan con los dedos de la mano.
Después de realizar una peregrinación de gestiones para que aprueben el subsidio, hay que esperar de tres a cuatro meses, para que esté disponible en el banco que hayan elegido para depositarlo.
Los trámites que se realizan para la obtención del subsidio por incapacidad requieren dar tantas vueltas, como las que daría uno para obtener la visa norteamericana, los empleados carecen de amabilidad, aunque hay excepciones, se cuentan con los dedos de la mano.
Después de realizar una peregrinación de gestiones para que aprueben el subsidio, hay que esperar de tres a cuatro meses, para que esté disponible en el banco que hayan elegido para depositarlo.
Mientras tanto en la casa del enfermo se
atraviesan problemas graves de liquidez económica, sino fuera por la
misericordia de Dios y la solidaridad de personas de noble corazón, su hogar
colapsaría en una carencia absoluta de medios de subsistencia.
¿Quién hace algo? ¿Qué político de los que se lamen cual perros por un hueso, por obtener votos, hace algo al respecto?
¿Quién hace algo? ¿Qué político de los que se lamen cual perros por un hueso, por obtener votos, hace algo al respecto?
El dinero del subsidio
debería estar puntualmente disponible para ser retirado por la persona incapacitada.
Los trámites para que
aprueben estos subsidios deberían ser rápidos y expeditos.
La atención por parte
de algunos de los empleados del IHSS debería mejorar, inclinándose por la amabilidad, la cortesía, el buen trato
hacia los pacientes.
Deberían recordar las
autoridades del país, que la desgracia
de toda persona incapacitada no es un juego y sumarse al pensamiento de un
noble estadista que expresó, que “La desgracia es cosa sagrada”
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