Aunque el mundo de las finanzas es vasto y complejo, el dominio de seis conceptos con lápiz y papel, calculadora o computadora es suficiente para poder sostener las conversaciones más sofisticadas con los “especialistas”. Estos conceptos son: tasa de interés, rentabilidad sobre fondos invertidos, valor actual neto, tasa de rentabilidad interna, servicio de la deuda, e índice de cobertura del servicio de la deuda.
El interés es el costo o el valor del dinero. Es el gasto de pedir un crédito. En general se expresa como un porcentaje (y mayormente como un porcentaje fijo por año o por mes), y es lo que paga el prestatario al prestador por prestarle los fondos. Es importante que el promotor entienda cómo se calculan los intereses, y la mejor manera de hacerlo es mediante un ejercicio sencillo.
Un préstamo de 1.000 por el término de un año al 12 por ciento de interés simple requiere un pago de 1.120. La misma cifra al uno por ciento de interés compuesto mensual (interés que no sólo se calcula sobre la base del capital sino que incluye los intereses devengados, es decir, los intereses devengados sobre intereses anteriores vencidos que se suman al capital), requerirá un pago de 1.127 al terminar el año. Si el período es de dos años, el resultado será 1.274. Si se hace el ejercicio de multiplicar 12 veces 1,01 por 1.000, el resultado será 1.127; y si se multiplica 24 veces, y el resultado será 1.254. Este es el proceso de “componer” el interés. El interés se compone sin explicitarse (el interés simple es la excepción y no la regla).
A continuación, el cálculo de un préstamo a cinco años de 1.000 al 12 por ciento de interés compuesto anual:
Año 0 (cuando se pide el préstamo) = 1.000
Más 12% del año 1 = 120
Balance al terminar el año 1 = 1.120,00
Más 12% del año 2 = 134.40
Balance al terminar el año 2 = 1.254.40
Más 12% del año 3 = 150,53
Balance al terminar el año 3 = 1.404.93
Más 12% del año 4 = 168,59
Balance al terminar el año = 1.573,52
Más 12% del año 5 = 188,82
Balance al terminar el año 5 = 1.762,34
(Ver recuadro)
Servicio de la deuda y planes de pago
Cuando se ha comprendido el concepto de interés, el próximo paso es entender que hay diversos tipos de “planes de pago”. Es posible pagar sólo los intereses de un préstamo durante un período y luego pagar el monto principal en uno o más pagos. Cuando el capital se cancela en un solo pago al final, se llama “sistema americano” .
Es posible pagar la misma suma todos los períodos (ya sea mensual, semestral, anual o cualquier otro período especificado). Este método es conocido como el “sistema francés”.
Otra posibilidad que se usa comúnmente es la de pagar cantidades iguales del capital durante un plazo especificado. El interés que se paga cada vez varía porque el saldo de la deuda decrece. Es el llamado “sistema alemán”.
Devolución en cinco años de un préstamo de 1.000 al 12 por ciento de interés – Tres métodos
Todos estos sistemas emplean la misma tasa de interés durante el mismo plazo, lo que varía es el servicio de la deuda (el régimen de pago del capital y el interés (c+i)).
La rentabilidad sobre fondos invertidos es un concepto relacionado. Es el interés ganado sobre una inversión con el tiempo. Por lo general, es una función del monto invertido al comienzo comparado con el monto que se recibe con el tiempo. La diferencia entre interés y rentabilidad es que el interés es generalmente un pago fijo por el uso del dinero, mientras que la rentabilidad es la suma de pagos variables con el correr del tiempo.
El interés representa lo que se cobra por el uso del dinero. Se calcula a futuro y es predecible. La rentabilidad ocurre en el tiempo y no es tan predecible, pero ambos conceptos representan lo que se suele llamar “costo del dinero”. La propuesta se puede presentar ante un banco (prestador) para pedir un crédito a una tasa de interés fijo, o se puede presentar a un inversionista, ofreciéndole una participación de un flujo de fondos futuro en concepto de rentabilidad sobre fondos invertidos.
Una manera de comparar rentabilidad (rendimiento) y tasas de interés es el “valor actual neto” (VAN). Tomando una tasa de interés dada, es posible actualizar a valor presente los flujos de caja futuros y compararlos con el monto inicial a invertir. Cuando se usa esta técnica, el porcentaje que se usa tiene otro nombre, se llama “tasa de actualización”, que no es otra cosa que una tasa de interés que se calcula hacia atrás en el tiempo en lugar de hacia el futuro. El valor actual neto es un cálculo fácil de hacer, manualmente o con una calculadora o un programa de planilla de cálculo tal como Excel. El propósito de realizarlo es bastante obvio: si el valor actual neto es un número positivo, da una idea de la rentabilidad de la propuesta. Si el valor es igual a cero o un número negativo, es una buena estimación de los fondos adicionales que se necesitan (ya sea por medio de donaciones, subsidios, reducción de costos o mejoras al nivel de ingresos). El paso más importante es elegir el tipo de actualización adecuado.
Para demostrar este punto, la estimación de flujo de fondos anterior se puede ver en forma inversa. ¿Qué sucedería si alguien ofrece tres maneras diferentes de pagar un producto en particular (que cuesta 1.000) en un período de cinco años?
Cada plan de pago es diferente. La manera de compararlos es elegir una tasa de interés que represente un valor justo por tener una suma de dinero en mano o recibir una suma en el futuro. Si la tasa de interés elegida es del 12 por ciento y la aplicamos a cada una de las propuestas, encontraremos que (matemáticamente) las propuestas son equivalentes.
Valor actual neto al 12 por ciento de tasa de actualización calculada en cinco años
Hay varias maneras de constatar estos resultados: usando una planilla de cálculo o las funciones financieras de una calculadora; usando una tabla de factores para el cálculo de valores futuros; o utilizando una fórmula algebraica. En el anexo V, se muestran todas estas soluciones, lo que también ilustra y explica la composición de la tabla de factores para el cálculo de valores futuros.
Aunque todos estos sistemas de cálculo muestran que los resultados de los tres planes de pago son matemáticamente equivalentes, hay otras razones que justifican la elección de las diversas opciones. Puede ser que, a causa de la inflación, una tasa de actualización del 12 por ciento resulte muy baja, en ese caso se debe elegir una tasa más elevada o una propuesta que genere fondos con mayor rapidez. También puede haber una necesidad de contar con fondos en un momento dado que haga que un método sea más adecuado que los demás. El problema central del análisis del VAN es que la tasa de actualización lo afecta mucho, pero aparte de eso, es una gran herramienta para comparar las distintas opciones.
Con la introducción masiva de calculadoras y programas de planillas de cálculo más complejos, hay una metodología alternativa que ha ganado aceptación, es la denominada “tasa de rentabilidad interna”. La tasa de rentabilidad interna (TRI) es la tasa de interés que un flujo de fondos futuro rendirá sobre una inversión presente. Permite comparar diversos tipos de inversiones. Comparada con las alternativas (y con el costo del dinero en el que puede incurrir una empresa), la TRI se puede presentar con confianza.
Examinemos tres casos en los que se invierten 1.000 y hay tres métodos posibles de recuperación.
* El flujo neto de fondos total es el total de efectivo “sin descontar” que queda después de que la inversión ha sido recuperada por completo (la diferencia entre el monto total que ingresa y el monto total invertido).
Si asignamos una tasa de actualización del 13 por ciento, podemos determinar cuál de los casos tiene mayor valor actual neto.
El caso F es el que tiene el mayor VAN y el mejor de los tres flujos de caja desde la perspectiva del VAN. Lo que nos permite hacer la TRI es conocer su superioridad matemática calculando la tasa de actualización que produciría un VAN igual a cero. En el anexo V, se presenta una explicación detallada del modo de calcular la TRI.
El servicio de la deuda es el monto que se paga todos los años para devolver un préstamo. Consiste de pagos del capital de la deuda (el monto del crédito) más pago de intereses (el costo del dinero). El servicio de la deuda es igual al capital más el interés (c+i). Hay muchas maneras diferentes de calcular el servicio de la deuda, y como hemos visto, hay muchas maneras diferentes de producir el mismo valor actual neto. El objetivo de aprender lo que es el servicio de la deuda es tratar de comparar el ingreso de dinero futuro esperado con los compromisos que se asumen. Cuando se pide un crédito, es importante calcular la cobertura del servicio de la deuda.
Volvamos a los tres ejemplos de servicio de deuda usados previamente y veamos cómo se calculan los índices de cobertura del servicio de la deuda (ICSD).
En cada uno de los años, habrá una cierta cantidad de dinero disponible para realizar el pago del servicio de la deuda previsto. Esta cantidad es lo que resta de los ingresos una vez pagados los gastos de rutina. Es el monto que hay disponible para pagar el servicio de la deuda, para reinvertir en la empresa o para pagar a los propietarios en forma de dividendos. Supongamos que los fondos disponibles para pagar el servicio de la deuda son los siguientes.
El cálculo de la cobertura del servicio de la deuda compara los montos disponibles cada año (y por el período total del crédito) para ver si cubren, o no, los montos por pagar según diversos planes de pago. Si, por ejemplo, se elige el caso A como opción de servicio de la deuda, en el tercer año, el gasto del servicio de la deuda es de 120 y hay 440 de fondos disponibles, lo que da un índice de cobertura del servicio de la deuda (ICSD) de 3,7 (440/120). Esto quiere decir que en ese año, por cada unidad de moneda que se debe, se contará con 3,7 unidades disponibles para el pago. Si se eligiera el caso B, el ICSD para el tercer año sería de 1,6 (440/277).
También es importante la suma de todos los pagos del servicio de la deuda comparada con la suma de todos los fondos disponibles para realizar esos pagos. Esto indica el ICSD “promedio”, aunque las variaciones temporales hacen que, en el mejor de los casos, esta sea una medición aproximada.
Primero hay que comparar estos resultados desde la perspectiva del promotor: ¿cuál de los resultados produce el mejor flujo de fondos para reinversión, expansión o pagar dividendos? Luego hay que ponerse en el lugar de la persona que otorgaría el crédito: ¿cuál de los resultados es el menos seguro?
Respuesta: el caso A. Es bueno para el proyecto porque libera fondos en los primeros años para reinvertir en el proyecto o recompensar a los propietarios. No es bueno para el prestador porque produce el menor índice de cobertura del servicio de la deuda global (1,4) y el quinto año es muy arriesgado (¿qué pasaría si el promotor hubiese gastado todo el exceso de fondos de los años 1 a 4?).
No hay respuestas correctas o incorrectas. El caso A se podría estructurar de tal manera de reducir el riesgo para el prestador (separando una reserva de fondos durante los primeros cuatro años). El propósito de este ejercicio es abrir la mente a las opciones que existen cuando se incorpora el valor temporal del dinero en el análisis.
El ingrediente común más importante de los seis conceptos tratados en esta sección es el tiempo. El valor temporal del dinero y otros beneficios es un ingrediente importante de toda propuesta. El promotor y los habilitadores de la propuesta deben evaluar con cuidado los gastos y los ingresos que ocurrirán durante los diferentes períodos.
Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC)
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