Preparar el análisis de sensibilidad ¿En qué medida es razonable esperar estos resultados?
▬ Hacer una lista de lo que podría desviarse de lo planeado (variaciones en los tiempos, el costo, los ingresos, los egresos).
▬ Hacer una lista de elementos fuera del plan que puedan afectar su aplicación (pérdida de una persona de importancia crucial, factores macroeconómicos, inestabilidad).
Preguntas: ¿Qué pasa si la fuente de materia prima, productos o construcción no está disponible? ¿Qué pasa si los costos son mayores o menores? ¿Qué pasa su las unidades vendidas son menos o más? ¿Qué pasa si un integrante del equipo no está disponible?
Plantilla: Matriz de sensibilidad.
Este proceso no es tan complejo como parece. Para ello es necesario comprender las interrelaciones entre los diversos elementos de la propuesta. Muchas situaciones pueden producir un aumento del 5 por ciento en los costos, pero no es necesario analizar cada una de ellas. Basta decir que es posible que se produzca un aumento del 5 por ciento en los costos a raíz de los factores X, Y y Z, y que ese aumento tendría tales efectos en los resultados de la propuesta medidos según los datos métricos financieros, sociales y ambientales (en el caso de la métrica financiera, la TRI).
Impactos en el caso base
Analicemos siete situaciones posibles (escenarios):
Sensibilidad de los impactos sociales y ambientales
Caso A – sin cambios, a menos que el programa se reduzca para evitar costos más elevados.
Caso B – menor empleo local y generación de ingresos en proporción
Caso C – igual a B
Casos D y E – cambios del 10 por ciento tendrán un impacto mínimo en las mejoras sociales y ambientales
Caso F – sin impacto
¿Qué casos hacen peligrar seriamente la viabilidad de la propuesta?
Hay otros factores que hay que considerar, algunos dentro de la capacidad de control y cálculo del promotor y otros no. Una revaluación de la moneda se puede traducir fácilmente en un incremento de los costos o de los ingresos. Pero ¿y la alteración del orden público?
El aumento del precio mundial del petróleo puede traducirse en mayores costos de transporte y, tal vez, en mayores ingresos, que dependerá del acuerdo de precios, pero ¿qué pasa si se enferma o muere el promotor? La cuestión es la siguiente: cuando se hace una lista de posibilidad de variaciones en los elementos que constituyen la propuesta, algunas pueden traducirse en impactos y acciones, y otras no. Una póliza de seguro de vida puede servir para devolver un préstamo si el promotor muere repentinamente, pero para seguir adelante con la propuesta hace falta un plan de sucesión. Este es un ejercicio para pensar y tomar lápiz y papel, no es un cálculo. Algunos de estos resultados se pueden incluir en la sección de “riesgos” de la propuesta; otros representan la buena planificación y pueden surgir en las conversaciones con los donantes, los prestamistas y los inversionistas.
Riesgos
Los riesgos se agrupan en diversas categorías (en el Tema siguiente hay una exposición más detallada de riesgo y gestión de riesgo; parte de esa información se repite a continuación).
El riesgo de compleción se refiere a la posibilidad de que algo que se ha comenzado pueda no finalizarse después de que el prestador ha puesto a disposición los fondos. Esto puede suceder cuando la propuesta es más costosa de lo que se había previsto o el mercado ha cambiado mucho durante la construcción. El riesgo de compleción puede ser gestionado por el tipo de contrato que se realice para el diseño, la construcción y comienzo de operaciones.
El riesgo tecnológico se refiere a la posibilidad de que la tecnología no se comporte como se había previsto o que se vuelva obsoleta más rápidamente de lo esperado. Si la tecnología no funciona como se había acordado en el momento de su instalación, el riesgo puede clasificarse dentro del riesgo de compleción, pero en general se considera una categoría diferente. El riesgo tecnológico se gestiona por lo general con garantías de los proveedores de los equipos y también mediante la aceptación de procesos de prueba. El desempeño a largo plazo puede asegurarse con contratos de operaciones y mantenimiento, y varios tipos de seguros.
El riesgo de provisión se refiere a que no se pueda disponer de las materias primas. Esto puede incluir recursos que el proyecto necesita utilizar (por ejemplo, una mina o un bosque plantado), o comprar (por ejemplo, combustible o suministros). Para gestionar el riesgo de provisión se suelen realizar contratos por períodos largos y con precios predecibles para asegurar la provisión ininterrumpida de insumos.
El riesgo económico existe incluso después de que el proyecto se ha completado, la tecnología funciona y los insumos están disponibles. El resultado puede ser ineficaz o el mercado estimado (la “demanda”) puede desaparecer. La confianza en las proyecciones de mercado (prudentes y realistas) y la demostración de conocimiento del mercado por parte del promotor son los elementos fundamentales para gestionar el riesgo económico.
El riesgo financiero se presenta cuando se usan tasas de interés variable, se prevé una refinanciación del proyecto en algún momento de la vida de la empresa o se necesita financiación adicional en el futuro. Las tasas de interés varían. Los cambios muy pronunciados pueden hacer que la empresa se vuelva no competitiva, o no “líquida” (“liquidez” significa tener el efectivo para saldar obligaciones de pago con los prestamistas).
El riesgo de moneda está íntimamente relacionado al riesgo financiero y podría incluirse en esa categoría, pero debido a la naturaleza de los proyectos de transferencia de tecnología justifica que se trate por separado. El riesgo de moneda está relacionado con la diferencia entre el valor de la moneda que afecta los ingresos y los egresos, y el valor de la moneda en la cual se deben realizar los pagos crediticios.
El riesgo político se define como el riesgo a que cambien las normas que rigen la propuesta. Un buen ejemplo es que el gobierno le aumentara arbitrariamente los impuestos a un proyecto para convertirlo en inviable.
El riesgo ambiental está relacionado con las condiciones ambientales desconocidas que puedan afectar a la empresa después de que esta ha comenzado.
El riesgo social es una categoría que tiene en cuenta todo tipo de desórdenes sociales que puedan afectar la aplicación de una propuesta.
El riesgo de fuerza mayor es el riesgo de que algo catastrófico —una tormenta, un terremoto, un terrible accidente— pueda hacer fracasar el proyecto. Los programas de seguros se refieren de forma directa a los riesgos de fuerza mayor.
Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC)
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