Uno de los juegos que siempre ha llamado la atención de los niños de todos los tiempos es el de arco y flecha.
Casi en cualquier lugar o rincón de Honduras se observa a más de algún niño lanzando flechas con su pequeño arco.
Pero no solamente es un juego circunscrito a los infantes, en los últimos tiempos se ha convertido en un deporte muy popular, practicado por todo tipo de personas, de variadas edades y culturas.
En Honduras la actividad de tiro con arco, como deporte, casi no es practicado por los adultos, a pesar de que la mayoría, en su niñez, han ejecutado esta actividad. Es una lástima.
En nuestra tierra, recuerdo que cuando niño hacíamos los arcos de bambú o ramas verdes del árbol de guayabo (Psidium guajava ), o de manzana pedorra (Syzygium jambos). Lamentablemente con el paso del tiempo, la incursión de culturas extranjeras y la llegada de las exigencias de la vida, se ha ido perdiendo la costumbre.
Nuestros hijos, salvo raras excepciones, juegan con artículos de plástico, hierro, lata o cualquier material procesado, tecnologías extranjeras invadieron nuestros hogares.
Queriendo recordar nuestros tiempos de niños he tratado de fabricarle un arco a mi hijo (y para enseñarle con el ejemplo he fabricado uno para mí) con el propósito de mostrarle que no solamente con objetos comprados a altos precios se puede divertir, jugar y aún sobrevivir.
He iniciado la actividad de fabricar los vástagos de las flechas de madera de Pino, Cedro, Cortés, y de cualquier madera que pueda conseguir.
He fabricado mi arco de madera de Matiliguate, el de mi hijo de madera de Café y he comprobado que son maderas flexibles aunque no tan durables.
Lo ideal sería hacerlos de Naranjo, Guayabo, Limón. También quisiera probar las maderas de Mashayste, Huesito, Chepel, Nogal, Granadillo, etc…en otras naciones utilizan las maderas de Tejo, Nogal, Olmo, Naranjo de Osage, Arce, Avellano entre otros.
Intenté hacer uno de Eucalipto pero se me partió.
Lo importante con ésta actividad es que mi hijo se integra en el lijado de los piezas, se entretiene y sirve para compartir momentos juntos.
Es admirable la información que se encuentra en internet de cómo construir un arco y flecha y lo que me parece aún más increíble es que quienes han subido casi todo ese material son personas de naciones altamente desarrolladas.
En muchos países del mundo especialmente los desarrollados existen clubs y asociaciones de gente que construye y practica el Arco y Flecha como actividad lúdica y deportiva.
Es tiempo que nosotros los hondureños retornemos a nuestros orígenes y retomemos con añoranza una de las actividades que nos dieron muchas satisfacciones en nuestra infancia.
Un saludo a todos los niños que hoy ya dejaron de serlo que jugaron con arco y flecha en el pueblito de Dulce Nombre de Copán, especialmente a Jaime Erazo, Saúl Dubón, Jesús Tábora (El niño), Kelvin Araujo, Dennis Dubón y muchos otros a quienes pido disculpas por no recordarles su nombre.
A los padres que les gustan pasar tiempo con sus hijos les recomiendo que inicien ésta actividad, observando algunas sencillas reglas de seguridad, para que podamos en un futuro no muy lejano realizar una competencia en nuestros pueblos con premios y todo, para incentivar la práctica de éstos juegos sanos y bonitos, de orígenes también hondureños.
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