La sociedad, la cultura nos han
enseñado a creer cosas que no son ciertas y que nos obstaculizan en nuestro
crecimiento.
Las limitaciones no existen.
Solamente se encuentran dentro de tu mente. Claro que puedes seguir adelante
con esas ideas que ya no funcionan, pero es mucho más fácil dejar de aferrarse
a un patrón de pensamiento que obstaculiza nuestro crecimiento, y desarrollarse
libremente.
Decide tomar algunos minutos cada
día para trabajar en tus afirmaciones, planificando cuánto dinero deseas, que
carrera deseas estudiar, con que personas quieres relacionarte, como deseas que
sea tu salud, y que tipo de negocio esperas desarrollar. ¿No estás cansado que
circunstancias externas te dicten tu comportamiento? ¿No estás cansado de que
la gente te diga lo que tienes que hacer y lo que no puedes hacer?
Las personas exitosas son
aquellas que constantemente están ocupadas haciendo cosas acerca de las que no
tienen ninguna certeza. Allí está la aventura. Ellas no saben lo que les traerá
el futuro.
No puedes mejorar tu ser, lo que
tú eres en realidad. Ese ser es completo y abarca todas las posibilidades de
realización. Solamente puedes mejorar tu rendimiento y actuación ante la vida.
Toma hoy mismo la decisión de no ser una de esas personas fracasadas que viven
atemorizadas por la posibilidad de cometer un error. Examina todas las fallas
de tu vida, y date cuenta de cómo en ese momento te importó más protegerte, dar
una buena impresión y no equivocarte, antes que corregir la situación.
Mientras más exitoso seas, más
errores cometerás, porque estás participando en la vida. Las personas que no
participan no se equivocan nunca.
La seguridad no existe, la única
seguridad que tenemos es nuestra habilidad para crear y producir resultados.
Los errores que tú y yo cometemos son parte del proceso de desarrollo y
aprendizaje del ser humano.
La vida consiste en hacer
correcciones. Muchos de nosotros nos resistimos a ello, porque nos han enseñado
que equivocarse es algo malo. Todo depende de nuestra autoestima. Si analizamos
los errores de nuestra vida, nos daremos cuenta de que generalmente hubiéramos
podido corregirlos antes de cometerlos, pero en ese momento no pudimos observar
las cosas con claridad, evaluar correctamente la situación para actuar, y
perdimos el control.
A través del proceso de
crecimiento, sin duda cometerás equivocaciones. Nos han enseñado desde pequeños
a que las cosas no pueden ser de cierta forma, y deben ser de otra. Hemos
vivido juzgándonos, evaluándonos y tratando de estar siempre en lo correcto.
Sentimos temor ante lo desconocido, y nos preocupamos
de lo que ha de suceder de aquí a dos semanas, dos meses o dos años, en vez de
concentrarnos sobre lo que está sucediendo ahora.
Esta forma de pensar nos inmoviliza e impide
que produzcamos resultados. Lo cierto es que hagas lo que hagas, siempre habrá
algo desconocido. No hay manera de saber antes de experimentar.
Es preciso realizar una
evaluación realista de nuestras habilidades y valores personales, dejar de
rebajarnos, dejar de juzgarnos negativamente, y alejarnos de las relaciones con
personas o actividades que sean negativas para
nosotros. Esto ayuda al proceso.
Arriesgarse a hacer una elección, sobre todo
si se trata de algo que nos permita expresar con fuerte convicción nuestros
valores y prioridades, siempre incrementa la autoestima a la vez que va
desarrollando una mayor consciencia de nuestros sentimientos, y la habilidad de
involucrarse emocionalmente.
Las elecciones que reflejan nuestro
ser así como nuestras prioridades y valores propios llevan invariablemente al
éxito y a la felicidad. Por el contrario, los logros obtenidos por medio de una
agresión compulsiva (la necesidad de tener poder o de dominar a otros), por
medio de la obediencia y el conformismo con los dictados sociales y culturales,
o de la necesidad de venganza, solo nos dejan una sensación de empobrecimiento,
independiente de la magnitud aparente del logro en sí.
Si tenemos poder de elección, así
como la libertad interna que conlleva, lograremos la felicidad. Esta felicidad
solo puede obtenerse por medio de una autor-realización basada en logros que
sean consistentes con la realidad y con lo que somos.
Cuando decides dejar atrás tus
antiguas creencias acerca de “cómo deben ser las cosas”, serás capaz de
recibir, a través de tu intuición, montones de ideas acerca de qué hacer, a
donde ir, a quien conocer y con quien compartir tu vida.
Cuando has tomado la decisión
definitiva, todo lo que hagas servirá de apoyo para llegar al resultado final.
Tus ideas llegarán a ti si estas abierto y receptivo, listo para escucharlas.
Tu meta es más importante que cualquier otra situación temporal de tu vida
actual.
La felicidad está en nosotros. La
somos y la podemos sentir y expresar en todo momento de nuestra vida y en todos
los acontecimientos. No hay pequeñas y grandes cosas. Esa es una calificación y
división de la mente. Es grande todo lo que se hace con lo mejor de nosotros
mismos: con clara consciencia y gran amor. En nuestras manos está el vivir
grandes o pequeñas cosas, que nuestro vivir sea grande o pequeño.
¡Muchas bendiciones!
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